La superficie del lago es de 1400 kilómetros cuadrados, y la profundidad no supera los cuatro metros. El fondo del lago es arenoso, cerca de las orillas septentrionales hay bajíos. El lago tiene, pese a su escasa profundidad general, varias fosas hondas. Las costas de suave declive, estan cubiertas de bosques y abundan los buenos prados.
Durante toda la mañana estuvimos cruzando el lago Onega hasta su orilla más septentrional. El lago tiene una superficie de 9.894 kilómetros cuadrados, una profundidad de 30 metros y en las depresiones 120 metros. Más de 50 ríos desembocan en el Onega. En el lago hay 1.300 islas, la mayor parte de ellas en el norte.
Por la tarde llegamos a Kizhi. Una pequeña isla de ocho kilómetros de largo y no más de un kilómetro y medio de ancho. Bañada por las olas del lago Onega, la isla está cubierta mayormente por prados.
Bajo el reinado de Pedro I durante la guerra del Norte entre Rusia y Suecia las tropas de Carlos XII efectuaron varias incursiones en Kizhi. La victoria de Rusia en esta guerra se conmemoró con la edificación de la catedral de la Transfiguración.
Esta famosa catedral fue construida en 1714 sin la utilización de un solo clavo. Insólita por su belleza, la iglesia de madera, rematada con 22 cúpulas cubiertas con chillas de álamo, que reflejan los rayos del sol. En 1764, fue erigida la iglesia de la Intercesión de la Virgen, de nueve cúpulas, y en 1879 se levantó el campanario piramidal.
En 1951 en Kizhi fue creado el Museo de Arquitectura Rusa Antigua al aire libre, al cual fueron traídas de las aldeas del contorno cuidadas edificaciones de madera, entre ellas la diminuta iglesia de San Lázaro. Erigida por el monje Lázaro, del cual se sabe que murió en el año 1381. De ser cierto este hecho, la iglesia de San Lázaro sería la más antigua edificación eclesiástica de madera en Rusia.
Al museo fueron traídos dos grandes casas campesinas y dos molinos de viento. Desde 1990 los monumentos del complejo de Kizhi y su entorno arquitectónico se encuentran bajo la protección de la UNESCO como patrimonio de la Humanidad.
En estos parajes los largos inviernos boreales son muy fríos, con fuertes vientos y mucha nieve, el otoño es magnifico por la riqueza de los colores. En los apacibles días de verano las cúpulas acebolladas de las bonitas iglesias de madera son contempladas por los turistas
Qué iglesia más bonita y el lago también. Es una lástima que se esté pudriendo una parte del bosque. :-( Un abrazo. ;-)
ResponderEliminarBabyboom. Creo que con la estación meteorológica están solucionando el problema.
ResponderEliminarSaludos.
Vaya preciosidad de lago cincuentones!! Y curiosísima la iglesia de San Lázaro!!
ResponderEliminarSaludos
Hola,
ResponderEliminarLa iglesia de madera y el entorno en la que se encuentra, son preciosos.
Saludos.
Fran. La iglesia de San Lázaro es muy chiquita, y los años que tiene la hacen muy singular.
ResponderEliminarSaludos.
Víctor. Es un lugar con mucho encanto, las cúpulas de estas iglesias de madera son muy curiosas.
Saludos.