Dejamos la autopista y empezamos a circular por una carretera estrecha que nos llevaria hasta el palacio de Samode donde teniamos una reserva para comer.
El palacio de Samode se encuentra en medio de unas colinas, unos 40 Km. al norte de Jaipur. Construido inicialmente como fortaleza en el siglo XVI, pero en el siglo XIX, bajo el noble Berisal Rawal, se transformo la fortaleza en un palacio exquisitamente diseñado al estilo arquitectónico mongol y rajputa. En 1987, se convirtió en "Samode Palace Hotel".
Al llegar al patio del palacio unas escaleras marcan la entrada y nos esperaba un sirviente con turbante para adornarnos la frente con el pottu (ojo espiritual).
Despues de almorzar en un bonito comedor visitamos la cocina y nos enseñaron donde cuecen los ricos naans (pan), un horno llamado tandoor
Seguidamente nos permitieron visitar algunas estancias dignas de "Las mil y una noche" salas de diferentes colores, las paredes con frescos. Destacan la sala de recepción con tonos rosados y la sala amarilla llena de pequeños fragmentos de espejos.
Unos patios bellamente decorados. Un bello lugar para quien se puede permitir el lujo de pasar una noche con mucho glamour.
Ufff! cómo sufrí en las carreteras / autopistas indias. me daba la sensación de que cada día salíamos a jugarnos la vida.
ResponderEliminarEl Palacio Samode parece una maravilla, tal como comentas, un lugar de las mil y una noches.
Un abrazo
Las carreteras en la India son terribles, pero lo curioso es que ellos nunca pierden los nervios.
EliminarSaludos.
India tiene que ser toda una experiencia... Supongo que cuando llegas a los templos te olvidas un poco del calvario que has tenido que pasar hasta llegar hasta allí, no?
ResponderEliminarHe leído varios relatos de este país pero no conocía el Palacio Samode, su interior es precioso. Y el hecho de ir adornados con el pottu muy auténtico!
Saludos!
Kiana.
EliminarEn un viaje por la India se llega a comprender que la paciencia y la aceptación de las situaciones se hacen imprescindibles.
Un abrazo.
Jejejejeje, todavía me acuerdo de las carreteras indias, de los coches en contra dirección y de como tocaban la bocina para todo, nada que ver los autopistas indios con los de España aunque he de decir que es toda una experiencia!!! Un abrazo. ;-)
ResponderEliminarTocan tanto la bocina que al final te acostumbras a este sonido y ya no lo percibes.
EliminarUn saludo.
Viajar en tuc-tuc por una carretera india, lloviendo, de noche, sin luces, sin limpiaparabrisas y sin saber donde íbamos es una experiencia que recomiendo a todo el mundo, me encantaba zigzaguear esquivando coches y todo tipo de animales, jejeje.
ResponderEliminarNo conocía el Palacio Samode pero muchas gracias por mostrárnoslo, otra de las pequeñas joyas que esconde este gran país.
Un abrazo !!!
Carfort.
EliminarEsta experiencia de la noche no la sufrimos, tenia que ser aterradora, con la luz del día ya era suficiente aventura.
Saludos.
Yo llevo mal eso de las carreteras chungas y los malos conductores, cuando estoy en una de esas me pregunto ¿Qué hago aquí? Jaja, menos mal que despues compensa que si no... Tendré que hacerme el cuerpo cuando vaya. Saluditos.
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