Berna y Basilea

En el recorrido entre las ciudades de Ginebra y Berna pudimos admirar unas magnificas viñas.



Llegamos a Berna, la ciudad tiene 130.000 habitantes, notable por su aspecto medieval, muchos de sus rincones lucían banderas y blasones de la época. Berna se encuentra junto al río Aare y ante la cadena de los Alpes.
Fuimos a dar un paseo por el casco antiguo de la ciudad, lo primero que vimos fue uno de sus símbolos más conocidos, la torre del Reloj, que se construyó entre 1119 y 1120 como puerta principal de acceso a la ciudad y se modificó en 1771. En la fachada oriental, pueden verse las esferas de un valioso reloj astronómico que marca la hora, el día, el mes y la posición del Zodiaco en relación con la Tierra, considerada según el sistema tolemaico centro del Universo. Cuatro minutos antes de sonar cada hora, el mecanismo del reloj pone en marcha una serie autómatas.



Por el lado derecho de la Torre del Reloj se entra a una gran calle peatonal, la Marktgasse, todas las casas tienen soportales llamados por la tradición popular Rohren o "tubos", debajo de ellos están instaladas numerosas tiendas. Esta calle solo esta transitada por el tranvía y hay un relajado ambiente. A lo largo de la calle hay varias fuentes, una de ellas es la del Abanderado que representa a un bernés con el estandarte de la ciudad.

Cerca de allí se encuentra la Munsterplatz, una plaza pequeña con dos palacios y la catedral, el Tscharnerhaus, de arquitectura de estilo Luis XV y la Catedral de San Vicente, finalizada 1574, es un valioso ensayo de arte gótico tardío en Suiza. La fachada, coronada por una elevada torre con aguja terminada en 1893, se abre con tres grandes arcos de acceso a los pórticos. Es valioso el pórtico gemelo central, decorado con relieves y estatuas. En el tímpano se representa el Juicio Final, con mas de 200 figuras.



La Bundesplatz, esta plaza es el corazón de la actividad política de la Confederación. El Bundeshauser, sede del gobierno suizo y del Parlamento. El edificio se compone de tres cuerpos que recuerdan el estilo de los palacios florentinos del siglo XV, mientras que el cuerpo central con una elevada cúpula, es una pesada imitación de la arquitectura renacentista tardía. En la misma plaza se encuentra la Marcuardhaus, una de las más hermosas residencias privadas de la ciudad.



En el ángulo occidental se halla la Kantonalbank, construido al estilo de los palacios italianos renacentistas.



Daba gusto pasear por aquellas calles, pero teníamos que seguir el viaje para poder pernoctar en Basilea, y allí llegamos a la hora de cenar. Por la noche, antes de ir a dormir dimos una vuelta por la ciudad. El ayuntamiento, edificio gótico tardío, de un color muy intenso. El cuerpo principal dispone de una hermosa serie de ventanales góticos y un reloj del siglo XVI con el portaestandarte y el distintivo de la ciudad, junto a él un mirador y una elevada torre rematada por torrecillas.




Tres amplias arcados daban acceso al bello patio interior, decorado con frescos como los de la fachada y también grandes paneles que se hallan sobre la escalera principal. A los pies de esta escalera está la estatua de Munazio Planco, del siglo XVI, identificado por la tradición como fundador de la ciudad.



Terminamos el recorrido en Spalendor, una puerta de la muralla medieval de finales del siglo XV, es la mas bella de las tres que se conservan y posee a ambos lados dos torres redondas rematadas con almenas.