Varanasi

El trayecto de Khajuraho a Varanasi lo hicimos en avión. Varanasi es una ciudad situada en el margen izquierdo del río sagrado Ganges. Varanasi, una de las más antiguas urbes de la India, cuyo emplazamiento ha experimentado diversos cambios, aparece ya mencionada en el Mahabharata  y el Ramayana. Fue una importante ciudad encrucijada de caminos que llevaban a Nepal y al centro del país. Los arios llegaron a este lugar atraídos por las cercanas minas de cobre y de hierro.
Desde hace siglos Varanasi es la capital espiritual de la India, la más santa de las siete ciudades sagradas en el induismo y el jainismo. La ciudad de Varanasi debe su nombre a la confluencia de dos ríos el Varuna y el Assi. El nombre de Benarés tendría su origen en la deformación inglesa de Varanasi.

Las ceremonias más importantes se hacen en los gats a orillas del río que se accede a ellos por estrechas callejuelas. A las 6 de la tarde aproximadamente, cuando ha oscurecido, tiene lugar uno de los más importantes rituales "La Puja". Un gran numero de  hindúes y también turistas se agrupan en las escaleras de los gats y en barcazas a orillas del río para contemplar, lo que para nosotros es un espectáculo exótico, pero para ellos una ceremonia muy importante, prueba de ello es el fervor con que siguen estos ritos milenarios. "La  Puja" se hace para honrar a la Madre Ganga y lo realizan varios "pujaris". Primero llaman a  la Diosa del río con caracolas y luego le hacen ofrendas de incienso con grandes copas, de fuego con grandes candelabros y más fuego con unos recipientes con cabeza de cobra. Después de ofrecer una salutación a la Diosa  distribuyen un alimento sagrado, " el pasad", que ha sido ofrecido a la Diosa y los asistentes se llevan un trozo a casa para para compartirlo con su familia.

El río a lo largo de 5 Km. forma una media luna, ofreciendo una panorámica extraordinaria. En sus orillas antaño había una sucesión de templos y palacios más o menos lujosos que construyeron  los maharajás deseosos de morir cerca del Ganges. Ahora quedan los restos de aquella ciudad que sobrevivió a saqueos y ataques en el siglo XII por las tropas musulmanas.

A primera hora de la mañana cuando está amaneciendo, en las escaleras de los ghats llega una multitud de indios para hacer sus abluciones en el Ganges, bañarse en sus aguas y purificar sus pecados. Asombra la devoción de sus rituales, deben sumergirse completamente en las aguas del río tres veces seguidas, pronunciar el mantra sagrado y beber un sorbo de agua del río. Es curioso la cantidad de turista en barcas fotografiando este ritual y los devotos hindúes indiferentes a su presencia sin sentirse molestos.

La belleza de la salida del sol y el brillo dorado del agua es impresionante Antes de subir a la barca y comenzar el recorrido hay diferentes vendedores que ofrecen flores  con pequeñas velas para depositar en las aguas del río como ofrenda a la diosa madre. Sorprende ver el contraste tan enorme que presenta la orilla derecha del río Ganges completamente vacía sin ninguna edificación.

Al final del trayecto nos encontramos con el ghat Manikarnika donde incineran los difuntos para luego depositar las cenizas en el río y así librarse del ciclo de la reencarnación. El deseo más preciado de todo hindú es que su alma ascienda al cielo en el momento de sus funerales, por gracia del fuego y así acceder  directamente al estadio supremo, el nirvana. El gobierno construyó un incinerador eléctrico para las personas sin recursos económicos.

Mas tarde fuimos a visitar el templo sagrado Kashi Vishwanath o templo Dorado. Data de finales del siglo XVIII. Celosamente oculto entre las sombrías callejuelas del Chowk y pasando estrictos controles policiales, solo pudimos ver la punta de las cúpulas cubiertas con 800 kilos de oro. Ningún profano está autorizado a entrar y ni tan solo hacer fotos desde el callejón.